domingo, 25 de enero de 2009

INFANCIA (Alexander Zanches, panameño)

Cuando uno es niño
pobre
y vive en el campo
las latas de conservas son juguetes invaluables

una lta de tulip es un camión de carga
una lata de sardinas un buque con bandera gringa
- es decir inatacable -
y cualquier barranco brinda la topografía perfecta
para una complicadísima obra de ingeniería civil
en pocos minutos asciende al borde del abismo
una serpenteante carretera

¡pobres chiquillos curtidos por la imaginación
ojalá no salgan todos poetas!

de Crónicas de amor y desencanto: Ver el mar desde bien lejos del mar
es lo único que me redime esta noche
en que sólo junto al mar me es posible aceptar que vivo

la luna esta noche de mi alma es una lámpara apagada
aunque su resplandor me ilumine con la fuerza de 10.000 megavatios

y cómo no sentirme triste si la mujer que amo
no está conmigo ni yo con ella?
cómo no reconocer esta diminutez abismal
en que nos inmerge la toma de conciencia
de que no es en los altoparlantes donde habita la chispa
que nos hace danzar felices sino en la mirada alegre
del ser amado
y que nos invita al tránsito glorioso de la lengua por el fuego
al definitivo aldabonazo del beso

esta noche -digo- sólo junto al mar
es posible no morir de hastío o de sentirse solo
y luego qué importa el rumor acompasado de las olas
columpiándose en la espuma con tal de alcanzar la orilla
la orilla esa que tanto añoro de ti cada noche
esa salada extensión del mar en que sin barca
oso adentrarme desnudo como estoy de mí.

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